domingo, 5 de enero de 2014

El Diario de la Reina de los Vampiros Capitulo 5, segunda parte


El Diario de la Reina de los Vampiros
Capítulo 5: Sucio Secretito. Segunda Parte


-¿En serio tú la princesa del dulce reino y Marceline la vampira rockera eran amigas?- preguntó Finn, algo incrédulo.-Si- respondió la joven- Fue hace pocos años.
"Resulta que nos hicimos amigas, porque como reina de todo lo…mmmm…paranormal, tenía audiencias y conoció a mis padres y por ende, me conoció a mí. Cómo ella tenía dieciséis desde que se volvió vampiro me vio crecer únicamente a mí, y cuando llegué a esa edad nos volvimos inseparables. Como dos amigas adolescentes. "
"Pero como futura heredera a este reino, no podía dejar mis actividades reales, y poco a poco comencé a tener menos tiempo para estar con ella. Pensé que estaría igual de ocupada que yo, pero como en su reino de por sí hay más calma, pues…creo que tenía mucho tiempo libre."
"Poco después tuvimos una pelea terrible por esa misma razón, también se sentía mal porque mis padres siempre estaban contentos con lo que yo hacía…pero al parecer no los de ella."
-Créeme- dijo Finn, interrumpiéndola y con la mirada seria- Sus padres no estaban nada contentos con lo que hacía-
-Lo sé- suspiró la princesa- Y yo ya lo sabía. Pero aun así le dije cosas que no debía-
-¿Qué le dijiste?- preguntó Jake, curioso. Bonnibel lo miró con tristeza.
-Le dije que…que al menos yo si había hecho lo correcto- contestó la princesa. Finn amplió un poco los ojos y se sorprendió de que realmente la Princesa le diera en el filo- Me siento tan mal cuando le dije eso, porque después de que le escupí eso en la cara las lágrimas se le desbordaron y yo nunca había visto a Marcy llorar. Traté de disculparme, pero Marceline me gritó en la cara: "¡Se acabó loca-psicópata!", y luego se marchó. Desde entonces nos llevamos mal. Pero todo fue mi culpa, si no le hubiese dicho eso, tal vez las cosas se pudieron haber compuesto poco a poco-
-No fue tu culpa.- la calmó Finn- Si no hubiese pasado tanto cuando era humana, tal vez aquello no le hubiese importado mucho. Estoy seguro de que si hablan bien, tal vez se puedan arreglar las cosas-
-Gracias, Finn- dijo la princesa, esta vez más calmada y con una ligera sonrisa. Esa era una de las cualidades de Finn, hacer sentir mejor a las personas…pero aquello la llevó a una pregunta que la intrigó- Un momento ¿Cómo sabes que Marceline no fue feliz cuando era humana?-
Los dos chicos se tensaron. Habían olvidado por completo tener cuidado con lo que hablaban acerca de eso…pero mentir tampoco era una opción. La Dulce Princesa conocía a Marceline, ella se los había dicho al no querer revelar el secreto de una gran amiga del pasado, eso era fidelidad, pero era lista, y mentir tampoco les serviría de nada. Además, ellos también eran grandes amigos. Finn suspiró y comenzó por sacar el diario de su mochila.
-Escucha, resulta que sin querer rompimos el amplificador de Marceline y ella salió por uno nuevo, y para que no nos matara le dijimos que cuidaríamos de su casa y de su bajo, pero sin querer hice vibrar el librero y cayó esto al suelo- dijo señalando el cuaderno- Salió una foto de donde salía Marceline cuando era humana, nos picó la curiosidad y lo comenzamos a leer, pero luego venían tantas cosas que decidimos seguir leyendo, pero no está completo y se salta del 7 al 24 de diciembre 1900 y queríamos saber que pasó en ese lapso de tiempo- explicó Finn, nervioso- N-no le digas nada a Marceline- pidió.
-¿Hurtaron el diario de La Reina de los Vampiros?- soltó la princesa, incrédula.
-¡Fue este torpe!- exclamó Finn, señalando a Jake- ¡Jake lo robó! Pero si se lo devolvemos a Marcy sabrá que lo robamos y nos comerá vivos-
-Si viven para contarlo, yo seré quien los maté- dijo la princesa, algo molesta levantándose de su asiento.
-Perdónanos- suplicó Jake.
-Sí, eso díselo a Marceline- dijo la joven, mientras tomaba el diario entre sus manos y lo observaba por fuera mientras se sentaba de nuevo en su silla.
-¿L-le dirás a Marcy?- preguntó Finn, preocupado.
-No lo haré. Ella se dará cuanta tarde o temprano- dijo la princesa, dándoles el diario de vuelta.
-Queríamos preguntarte lo de la guerra porque Marceline menciona que estuvo enamorada de un humano…que tal vez tenga que ver conmigo y Jake, ya que tienen nuestros nombres- explicó Finn.
-Mira Finn, Marceline me dijo todo de ella. Me dijo que no fue feliz como humana y lo que tuvo que hacer en la Guerra de los Champiñones- dijo la princesa.
-¿Sabes lo que pasó?-
-Sí, te lo estoy diciendo, tontito. Los del inframundo se dividieron en dos durante la guerra, los de la parte humana fueron dirigidos por la Princesa de los Vampiros, o sea por Marceline en ese entonces, porque aunque los humanos cayeron los de su lado no lo hicieron por el poder que ejerció Marceline- soltó, algo frustrada de que no entendieran algo que ella sí que lo hacía.
Jake y Finn se miraron. Leyeron en el diario de Marceline que ella no estaba conforme, pero jamás al extremo de llevarla a la guerra contra los de su especie.
-¿Qué?- preguntó Finn, sin poder creérselo.
-Sí, es lo que pasó. La mitad de los de su especie se fueron con ella y la otra con su padre, pero Marceline adquirió el trono porque fue la única que pudo abrir la Nocheosfera y mandar a todos los que lucharon en contra de los humanos- explicó ella. Al ver las caras de Finn y Jake supo que había abierto la boca de más. – Oh, Oh. No debí decirles esto. ¡Yo y mi gran boca!-
-¿Sabes que le paso al tal…- Finn buscó en la hojas del diario-…Marshall Lee?-
-Bueno, Marceline me lo presentó cuando éramos amigas, pero casi no lo conozco, solo sé que vive a las afueras de Ooo, en el reino de AAA.- explicó Bonnibel.
-¿Reino de AAA?- preguntó Finn, extrañado. Entonces Jake tronó los dedos y se le prendió el foco.
-¡Ya sé de donde escuchamos el nombre del Tal Marshall Lee y Fionna!- exclamó Jake.- ¡En el fanfiction del Rey Helado!-
Finn abrió los ojos de golpe. Recordaba esa historia cuando estuvo en el bloque de hielo y que ese tipo lo obligó a escuchar, pero si era solo una historia inventada por ese loco ¿Por qué Marceline afirmaba en el diario que eran reales y por qué La Dulce Princesa lo conocía?
No hizo falta mirar a Jake, pues de un momento a otro Finn tomó su mochila, metió de nuevo el diario y salió corriendo junto con su perro.
-Finn ¿A dónde vas?- gritó la princesa, mientras los veía correr.
-¡Vamos a buscar más respuestas, de todas maneras gracias por la información!- respondió Finn sin dejar de correr y dirigiéndose a la puerta-¡Nos vemos luego!-

-¡AHHHHHHHHH! ¿¡QUE QUIEREN DE MÍ!- gritó el Rey Helado.
Cuando llegaron al Reino Helado no perdieron tiempo, entraron con todo a la alcoba del viejo rey, quien simplemente se estaba durmiendo, pero los nervios de ambos hermanos estaban al límite, por lo que Finn entró violentamente y se montó en él, inmovilizándolo y tomándolo por el cuello de la pijama.
-¡DI-ME-LO-QUE-SA-BES!- gritó Finn, sacudiéndolo con más fuerza con cada sílaba que decía.
-¡Espera! Yo creo que es mejor que le hagamos la pregunta- dijo Jake, aunque no dejaba de darle gracias lo que estaba viendo.
-De acuerdo- dijo Finn mirando a su hermano y luego mirándolo a él- DIME, EN AL HISTORIA QUE ME CONTASTE AQUELLA VEZ ¿¡DE DONDE SACASTE EL NOMBRE DE MARSHALL LEE Y FIONNA!-
-¿¡Pues de donde más!? ¡De mi mente niño loco!- contestó el Rey.
-¡No me quieras ver la cara! ¡Dime o te arrancó con mi espada la estúpida cabeza!-
Y así pasó del cuello de su camisa su verdadero cuello, estrangulándolo frenéticamente.
-¡DIME, DIME, DIME!-
-¡Espera Finn!- lo calmó su amigo- Lo vas a matar antes de que nos diga-
Jake le agarró las manos y luego encaró al Rey.
-De acuerdo, vejete, tú nos contaste una historia una vez, un fanfiction. Todos los nombres ¿De dónde los sacaste? Dinos de una vez y no te haremos daño- dijo Jake.
El Rey tosió un par de veces por ser casi ahorcado por Finn y se enderezó.
-De acuerdo, de acuerdo, lo confieso. No fue totalmente inventada mi historia, me inspiré de lo que pasa en un país muy vecino al nuestro- explicó el Rey Helado.
-¿Qué país?- preguntó Finn, impaciente.
-Del reino de AAA, por supuesto- respondió. Nuevamente Jake y Finn se sorprendieron muchísimo.
-¿Sabes de alguien que pueda ayudarnos?- pregunto Jake.
-¿Y por qué habría de ayudarles diciéndoles quien puede ayudarle a ustedes?- preguntó el Rey, con el ceño fruncido.
Entonces Finn se le montó encima de nuevo, gruñéndole como un perro rabioso e intimidando al Rey Helado.
-¡DINOS!- gruñó.
-Bien, bien…-suplicó el anciano- Sé de alguien que está en Ooo de vacaciones. Si quieren puedo darles la dirección de donde se hospeda-

A la mañana siguiente, Jake y Finn se pusieron en marcha a donde el Rey Helado les había indicado. No confiaban mucho en ese anciano, pero era la única pista que tenían. Pero cuando llegaron se sorprendieron mucho, porque ya habían estado ahí antes.
Si no mal se equivocaban esa era la casa del ex –novio de Marceline. El patán que vendió su posesión más preciada y que los engaño para destruir el recuerdo de su ruptura, si, era la casa de Ash.
-¿Seguro que esta es la dirección, Jake?- preguntó Finn, asomándose al papel con las indicaciones que les había dado el Rey Helado.
-Según parece- respondió Jake.
-Pero si esta es la casa de Ash- dijo Finn, mirando la propiedad.
-Bueno, no tenemos otra pista. Mejor démosle duró como la última vez, hermano- dijo Jake, sonando motivador.
-Sí, tienes razón. ¡A darle!- dijo Finn en el mismo tono, y luego se encaminaron hacia la puerta.
No tenían miedo de encontrarse con ese rival que se habían hecho, bastaba con patearlo en la entrepierna, tal y como lo había hecho Marceline. Ese recuerdo aún les causaba risa.
Tocaron la puerta son dejarse intimidar. Al instante se escuchó algo de ruido, luego se oyó el cerrojo de la puerta y más tarde como salía Ash, quien al verlos se sorprendió un poco, pero luego los miró con rencor.
-¿Y ustedes que quieren?- preguntó con frialdad, pero a los chicos también les molestó toparse con él de nuevo.
-No has cambiado nada, patán…-dijo Finn sonriendo de medio lado, y Jake soltó una risita burlona.
-¡Miren tarados, será mejor que se vayan a la!...- comenzó a decir Ash.
-¡Hey, Ash! ¿Qué pasa? ¿Quién es?- de repente se oyó una voz masculina, más refréscate y tranquila.
-¡Son los idiotas que hicieron que Marceline me dejara!- respondió Ash, hacia adentro de la casa.
Pronto se escucharon unas risas y como alguien se acercaba flotando.
-Por favor, aquello fue tu culpa y…-
Entonces el proveniente de esa voz se dejó ver por completo y Finn y Jake se sintieron deslumbrados por el muchacho más guapo que sus jóvenes ojos habían visto.
Era un muchacho con la piel como la de Ash o Marceline, unos ojos color verde esmeraldas, su cabello era negro azabache, como la misma noche el cuál que le llegaba hasta la frete, llevaba unos jeans desgastados y Converse rojos, con la camisa desabrochada, presumiendo su buen abdomen, pero lo que lo personificó mejor fueron sus colmillos sobresalientes en esa sonrisa despreocupada y las marcas de una mordedura en el cuello, igual que…Marceline. A decir verdad se parecía mucho a ella, solo que en hombre.
"Vampiro", pensó Finn.
El chico posó su mirada en él y entonces abrió los ojos sorprendido. Como si parte de su pasado hubiera tocado la puerta y Finn sentía como si ya lo conociera de algún lado. ¿Podía ser un reencuentro tal vez?
Pero la inocencia de Finn y los buenos recuerdos le hicieron sonreír.
-Perdonen a mi amigo- se disculpó por las groserías de Ash- ¿En qué puedo ayudarles?-
-Soy Finn, el humano y el es Jake, el perro. Venimos de las praderas- presentó Finn, después de admirar a ese chico, el cual parecía tener la misma edad que Marceline.

-Un gusto. Yo soy Marshall Lee-

Hasta aqui!! El proximo domingo pongo el capitulo 6, creditos a DN164 (este fan fic es suyo).
No os olvideis de comentar si os gusta!! :D

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