domingo, 26 de enero de 2014

El diario de la reina de las vampiros Capitulo 6 (segunda parte)

El Diario de la Reina de los Vampiros


Capítulo 6: Azul celeste y Rojo Carmesí. Segunda Parte



-Finn…-murmuró débilmente, y luego se desplomó en su cama.
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Deduje que me quiso decir que si ella ya no podía hacer más, que yo cuidará de él chico o simplemente quería estar a su lado en ese momento. Esa vez fue la última que vi los verdaderos ojos de Marceline.
Cuando despertó después de tres días ya no era la misma.
Su piel pasó a ser tan pálida y azul como la de un muerto, dos enormes colmillos sobresalían de la línea de sus labios, tenía la marca de una mordedura en el cuello, deseaba beber sangre o algo rojo…y sus ojos azul celeste se volvieron rojos carmesí."
-A veces pienso en cual hubiera sido el resultado si yo hubiese sido más ágil en ese entonces- dijo Marshall con tristeza- Todos los días deseó ver de nuevo esos ojos azules en Marceline…pero sé que no volverá a pasar- dijo, bajando su mirada al diario sobre sus piernas.
-Estoy seguro que ella sabe que no es tu culpa- dijo Finn, tratando de hacerlo sentir mejor, Marshall lo miró y le volvió a sonreír.
-Sé que ella piensa eso, porque aunque fue convertida esto no la detuvo- dijo Marshall.
Y continuó:
"Después de estar inconsciente tres días, el siguiente periodo fue muy difícil para Marceline, pero no le importó. Aunque su cuerpo aún estaba adolorido por su parte humana y tan modificado por su parte vampírica, Marceline supo aprovechar sus nuevos poderes a su favor. Lo suficiente como para convencer a más y más de la rebelión, y es que a pesar de que mi padre y el padre de Marceline dedujeron que después de que se hubiese convertido cambiaría de parecer…no fue así.
No contaban con que cuando la mordieron, la hicieron oficialmente una sucesora a la monarquía de los vampiros, mejor aún: pasó de ser una humana cualquiera y rebelde…a una La Princesa de los Vampiros. Lo que hizo que más seguidores, tanto humanos como vampiros, se unieran para combatir contra las criaturas de Ooo.
Supo aprovechar todo, y aunque ella no dirigió el ejército humano, colaboró lo bastante como para sacar adelante a cada hombre, mujer, anciano y niño.
Pensé que Finn se alejaría de ella cuando la viera, pero no fue así. Ese chico tenía un gran corazón y la acepto. Le ayudó a avisar a más humanos y con la mitad de los vampiros de nuestro lado y el valor de cada persona…teníamos más posibilidades de ganar la guerra…pero, lo que vino después no fue mejor.
Planificamos todo, incluso Fionna y su aldea junto con su gata, de nombre Cake nos ayudaron, pero al final los humanos no murieron en su mayoría por la batalla, sino por algo peor.
Resulta que, cómo las criaturas que escondieron los hongos no sabían nada de ellos, los escondieron en una zona donde hicieron reacción y ¡BOOM!...una bomba nuclear explotó y de esparció por todo Ooo, después vino una dura lluvia ácida que mató a los pocos humanos que sobrevivieron a la bomba. La criaturas de Ooo, en su mayoría no murieron, pero si sufrieron mutaciones y deformaciones que crearían todas las criaturas que ves ahora."
-…pero…ni Marceline ni yo perdimos lo que más apreciábamos por una bomba o por la lluvia…lo de nosotros fue un caso distinto- suspiró Marshall.
-¿Qué pasó?- preguntó Jake, interesado y boquiabierto por toda la historia de Marshall. El vampiro lo miró con tristeza en los ojos.
-Su valor los mató…- contestó- Finn y Fionna…demostraron hasta el final lo final que podían llegar a ser…-
"La guerra terminó por voltearnos la moneda a Marcy y a mi…
Aún recuerdo el campo de batalla. Había tantos heridos humanos y mágicos…se te hace imposible creer que unos hongos fueran los causantes de esa guerra tan cruel.
Desgraciadamente Marceline y yo no contábamos con un factor importante. Resulta que en nuestra familias había un hacha roja que le daba todo el poder al Rey de los Vampiros, en ese momento, el padre de Marceline. Para poder controlar a los vampiros del otro bando de manera completa, debíamos tomar el control del bajo.
Según las reglas de los vampiros, quien poseyera ese bajo podría abrir la Nocheosfera y tendría el poder de enviar a ella a cualquiera, eso equivalía aniquilar al Rey actual. Si lo mandábamos ahí, cualquiera de nosotros, pasaría a ser Rey, el compromiso valdría un ajo y tendríamos el control, así los humanos ganarían ventaja, pero lo que pasó no yo me lo esperaba.
Hubo un momento crucial en la guerra donde Marceline y su padre se enfrentaron cuerpo con cuerpo. Ella ya no pensaba con coherencia, lo único que brillaba en sus ojos carmesí era el valor con el que protegería a las personas que más amaba, y es que aun con los planes y los búnquers secretos que dirigíamos, Marceline estrechó más vínculos con humanos, conoció a Fionna y Cake y su relación con Finn se volvió más sólida…para ella eso fue arma suficiente como para enfrentarse a su padre. Un "traidor natural" como ella lo llamaba.
Lo recuerdo, porque lo vi…
Yo acaba de cortarle la cabeza a un troll, entonces oí quejas a mis espaldas, me giré y vi como Marceline se encontraba con su padre, cara a cara.
-Te has hecho más fuerte, Marceline- dijo su padre sonriendo de medio lado, era increíble cómo podía escucharlos desde donde estaba, tomando en cuenta todo el ruido de guerra que había.
-Todo lo aprendí de ti…papá- dijo Marceline entre dientes- Ahórrame arrebatarte ese hacha por la fuerza y dámelo, no me hagas quedar "emocionalmente agotada"-
-NO puedo creer que te hayas vuelto así por un humano. Sabes que no tendrán oportunidad- dijo su padre.
-Lucharé del lado necesario- contestó Marceline. Y no solo lo haré por Finn, también lo haré por mamá-
-Así nunca serás reina- dijo su padre.
-¡YA LO VEREMOS!- gritó Marceline, y recogió un espada del suelo y se abalanzó contra él.
Hubo patadas, de todo. Golpes, rasguños, incluso cortadas por parte de la espada de Marceline y del hacha de su padre. Después de diez minutos de una pelea por igual, mientras otros se seguían matando…ambos se levantaron del suelo heridos.
Marceline estaba sucia, su ropa estaba desgarrada, malherida, incluso siendo un vampiro, con ese aspecto salvaje que tanto me asustaba, pero que me inspiraba en ella. Su padre también estaba agotado, tal vez, como dijo ella, ambos lo estaban. Tanto como física y "emocionalmente", pero ninguno daría pie. Su padre no estaría satisfecho hasta que ella asumiera que era un vampiro, la princesa de ese reino, y se rindiera ante él, y Marceline no dejaría de pelear hasta que Finn y lo seres a los que amaba, estuvieran seguros.
Ambos se levantaron tambaleantes, y corrieron el uno al otro, pero su padre le derribó con su hacha, y Marceline cayó de espaldas. Cansada, pero con su valor a todo, se trató de reincorporar, pero su padre le apunto con el hacha al cuello.
Los vampiros somos inmortales, con la edad congelada, sí, pero eso no significa que otro no pueda matarnos."
Jake desvió la mirada, algo apenado, igual que Finn. Lejos de todo eso, hace tiempo, cuando la conocieron, lucharon contra ella. Jake incluso la trató de matar exponiéndola al sol y echándole ajo, Finn por otra parte, cuando "chupó" a Jake, quiso cortarla en pedazos. Tal vez por eso ella luchó contra ellos, aunque fuese por media diversión.
(Flashback)
Marceline depositó un travieso beso en la mejilla de Finn. Este yacía tirado de espaldas, cansado por su pelea y muerto de miedo porque le saltará al cuello.
Pero no recibió más que ese beso que lo hizo ruborizarse, la primera chica tal vez que tenía ese gesto con él saliéndole del corazón.
Se enderezó un poco y la miró sorprendido, mientras ella ajustaba su bajo, como si nada.
-¿Uh? ¿Por qué no me chupaste la sangre?- le preguntó. Ella le respondió con una gran sonrisa:
-Porque fue divertido. No había peleado así en años-
(Fin de flashback)
¿A eso se refería? ¿Por eso lo volvió su amigo más que su enemigo?
Ahora que Finn lo pensaba con claridad, Marceline pudo haber sido otra enemiga a su lista, pero no fue así, porque según ella era "divertido". A él también le gustaba estar con ella. Montar lobos, ver películas juntos, cantar con Bmo, La dulce Princesa y Jake…pero, todo eso ¿No era lo que le traía recuerdos a Marceline de su vida humana?
-Sí, eso lo sé…- suspiró Finn.
Marshall continuó:
"Marceline lo sabía, yo lo sabía, Jake y Cake igual, todos los vampiros aliados lo sabían…y Finn también.
Pero a veces, el cariño que puedes sentir por alguien te hace hacer las cosas más estúpidas. Yo pienso que por eso el amor duele tanto.
Su padre levantó el hacha, sabía que si la tenía en la Nocheosfera, que es a donde la iba a mandar, sería su esclava y se volvería Reina lo quisiera o no. Los vampiros somos inmunes a los desastres que hay en el Inframundo o Nocheosfera, algunos viven en ella, otros vivimos aquí, en Ooo. Marceline es una de ella, y desde aquí, con su bajo, controla todo."
-¿Entonces Marceline puede abrir y cerrar la Nocheosfera con su bajo?- preguntó Jake, interrumpiéndolo.
-Pero eso no puede ser- dijo Finn, arrebatándole la palabra a Marshall.- Marceline dijo que uno logra abrir la Nocheosfera dibujando una carita feliz, echándole leche de gusano y diciendo…-
-"Maloso vobis com et cumm spiritum"- completo la Princesa, sorprendiendo un poco a todos de que ella lo supiera.- Ella me lo dijo- respondió, y le llegó el recuerdo de los tiempos de su amistad. Luego se dirigió a Marshall- ¿Ese bajo también puede abrir la Nocheosfera?-
-Si- dijo Marshall- Solo los monarcas Vampiro pueden hacerlo funcionar así…pero Marceline descubrió otra cosa de la manera más cruel y despiadada que se pudo hacer…
"Su padre tomó impulso con el hacha, y Marceline solo frunció el ceño. Si moría ahí, moriría como La Princesa de los Vampiros, sería bien recordada si daba su vida por los humanos, sabía que Finn estaría a salvo, y que al matarla, los vampiros rebeldes no sufrirían más de la cuenta. En pocas palabras: Estaría dando su inmortalidad incluso, para salvarlos a todos.
-¡Marceline!- grité, me quedé ahí parado como idiota, sin poder hacer nada.
Fionna terminó de darle un flechazo a alguien y oyó mi grito, también se giró y se le heló la sangre cuando vio que una de sus amigas iba a ser trasladada directo al Inframundo.
Pero Marceline no dejo de mirar a su padre de manera desafiante, dejándole ver que si la mataba no le importaría, mientras mantuviera a salvo a los otros.
-Hazlo- dijo ella, con una sonrisa de medio lado- Si me matas solo saldré ganado más de lo que tú quieres-
Eso fue la gota que derramó el vaso.
-Serás reina ¡TE GUSTE O NO!- gritó su padre, furioso. Entonces movió el hacha, tomando más vuelo y la movió directo a ella.
-¡NOOOOOOOOOOOO!- grité, preso del miedo. Esa escena fue peor que cuando la vi convirtiéndose en vampiresa. Fionna casi cae de rodillas al ver como solo cerraba los ojos con fuerza, esperando el terrible impacto.
-¡MARCELINE!-
pero el impactó nunca llegó…
Solté un grito ahogado, y caí de rodillas ante la terrible imagen que mis ojos presenciaron.
-¡FIIIIIIIIINNNNNNNNNN!- Fionna fue la primera que gritó su nombre con dolor, pero fue suficiente como para que Cake y Jake voltearan a ver qué ocurría y Marceline abrió los ojos lentamente, pensando que el impacto había sido tan duro que ni lo había sentido, pero lo que vio después fue peor que cualquier muerte que le pudieron haber dado.
Finn se había atravesado entre el hacha y ella…como resultado se ganó una enorme cortada en la espalda, pues cubrió a Marceline con su cuerpo.
Los ojos de Marceline se abrieron desmesuradamente al verlo, incluso su padre quedó prendado por el valor que demostró ese muchacho.
Finn comenzó a chorrear sangre se su espalda y pronto también un hilillo de sangre comenzó a brotar de su boca. Su rostro, algo cercano al de Marceline se logró levantar y encontrarse con los ojos de ella.
-Finn… ¿Por…mí?...-solo pudo susurrar, sus ojos se llenaron de lágrimas y desesperación- Finn ¡Lo siento!- lloró.
Luego el padre de Marceline le quitó el hacha y el chico de desplomó en el suelo, al lado de Marceline, quien todavía no podía entender la situación.
-¡Fiiiiinnnnnn!- gritó Fionna igual, y corrió para ayudarle, pero yo la detuve suavemente de los hombros, aunque también estaba tentado a hacer lo mismo. No solo estaba triste de lo que pudiera sentir Marceline, ese día yo también perdí a un gran, gran amigo.
-¡HERMANO!- al que si no pude detener fue a Jake.
El perro corrió hasta su hermano y se incó junto a él y Marceline, quien lo alzó un poco y lo recargó en su pecho, sus ojos se desbordaban en lágrimas.
-¡Viejo! ¡Viejo, no te mueras!- dijo el perro.
Finn comenzó a toser sangre, y solo se aferró a la mano de Marceline, quien no tenía palabras para describirlo.
-Jake…-gimió Finn.
-¡No, no, no! ¡No te muevas, te curaremos!...-comenzó a decir Jake, se levantó para pedir ayuda, pero Finn lo detuvo de su brazo, el perro volteó a verlo, Finn forzó una sonrisa y negó con la cabeza. Sabía que para él, se había acabado.
-No, viejo, momento de irse…-tosió. Esto hizo que Marceline soltara un sollozo.
-¡Eres un idiota!- lloró- ¿Cómo se te ocurre? ¿¡ERES ESTUPIDO O QUÉ!?-
Finn sonrió un poco, incluso en su lecho de muerte adoraba la poca sensibilidad que Marceline tenía. Con mucho esfuerzo logró llevar la yema de sus dedos a su mejilla, donde le limpió una de las muchas lágrimas que se desbordaban.
-Voy a extrañar tu piel. Me gustaba, es una lástima que tenga que verla por última vez tan pálida, pero aun así me gusta…-dijo Finn. Marceline tomó su mano.
-No te puedes ir, no me dejes aquí…- susurró Marceline, casi suplicándole.
-Gracias, Marceline- dijo, sonriéndole- Me diste la última gran y maravillosa aventura de mi vida. Tú hiciste que mi sueño se hiciera realidad-
-No, no se suponía que fuera así- dijo Marceline.
-Peor así se dio…-respondió Finn, sin fuerzas- Y este aventurero ha llegado a donde quería llegar-
Marceline dejó escapar más lágrimas. Finn se volteó con su hermano y le sonrió también. El perro no lloraba, pero no fue difícil imaginarme lo mucho que debió haber sufrido.
-Te quiero, hermano…-dijo Finn- Alguna vez hablamos de eso, espero que nos volvamos a encontrar en otra vida-
-Así será, viejo- respondió Jake- Yo también te quiero, y recuerda que a donde vayas, ni importa el lugar que sea o que tan raro parezca, espérame ¿sí?-
-Así lo haré- dijo Finn, dirigiéndole la última sonrisa a su hermano. Luego miró de nuevo a Marceline y se llevó una mano a la cabeza- Quiero que te lo quedes- le dijo, tomando su gorrito blanco- Al menos hasta que nos volvamos a encontrar…-
Marceline dejó escapar otro sollozo más. No fue la única. Fionna cayó de rodillas, llorando también, yo la abracé por los hombros y estuve ahí con ella, sintiendo sus convulsiones por el llanto. La guerra de la que estábamos en medio pareció esfumarse de un segundo a otro.
-Te quiero, Finn…- dijo Marceline.
-Yo también te quiero- respondió Finn- Ahora lo venga será nuevo para mí, pero eso está bien…tendré una gran hora de aventura-
Luego de eso, los ojos de Finn se cerraron…para siempre.
-¿Finn?- lo llamó Marceline, para ver si había resultado, pero ya no escuchaba más su corazón palpitar.- ¡Finn!- comenzó a gritar- ¡FINN! ¡NO, FINN! ¡NO ME HAGAS ESTO!-
-Viejo…-susurró su hermano con una gran tristeza.
Marceline comenzó a llorar más fuerte, pronto sus gemidos y lamentaciones se volvieron para nuestros oídos, más fuertes que todo el ruido de la revolución aquella.
-¡¡FIIIIINNNNNNNNNNNNNNN!!- gritó y lo abrazó más a su pecho.
Fue terrible, los lamentos de Fionna aumentaron y Cake se unió a ellos. El corazón de ese chico había fallado, pero murió como un héroe. Finn murió a la edad de diecisiete años."
-Entonces ¿Ese chico era más grande que Finn?- preguntó Jake- Pensé que tenía la misma edad que tenía ahora-
-Bueno, en ese entonces sí. Digamos que el chico que veo delante de mi hoy es una versión más joven del Finn que vi hace años, pero así como el Finn pasado tuvo trece, catorce, quince, dieciséis y diecisiete, este chico llegará a esa edad- respondió Marshall.
-¿Y morirá?- preguntó Jake, poniendo más nervioso a Finn de lo que ya estaba. El pobre chico terminó tan traumado por escuchar su muerte que ahora ya le iba a dar miedo el bajo de Marceline.
-No creo- respondió Marshall- No a menos que haya otra Guerra de Champiñones, lo cual lo veo poco probable, porque después de que explotaron, se fusionaron con la tierra de Ooo.-
Finn estaba que no se lo podía creer.
¿Cómo era posible que después de tantas cosas Marceline siempre lo viera con una sonrisa? ¿Qué había pasado con ella? Él jamás sintió nada parecido a ello, solo diversión y comodidad a su lado. Si sufrió tanto por la pérdida de su mamá y del más grande amor de su vida ¿Cómo era posible que se pusiera esa mascara día tras día? ¿Cómo era posible que ella le arrancara una sonrisa a todos de lo que ella veía? Estaba que no lo creía.
-Marshall ¿Qué pasó después?- preguntó. Aunque no sabía si quería seguir escuchando. Estaba lo de Marceline y luego su muerte tan trágica.
Dar la vida por alguien en ese momento nunca se le había ocurrido. Salvaba a los habitantes de Ooo, él lo había prometido, pero ¿Por qué? ¿Sería por eso? Aun no llegaba a la parte de la conexión que tenía con ese Finn, pero tal vez no estaba muy lejos.
-Lo que pasó después fue una completa sorpresa- dijo Marshall- Aunque la muerte de Finn fue demasiado para nosotros, logró crear una cosa: -
"Ese día, el padre de Marceline perdió todo el respeto a través de los ojos de su hija. Y ese día Marceline cambió por completo, algo se quebró.
Él quería que ella se volviera reina un día, por eso mató a Finn, y Marceline se lo iba a dar, pero no de la manera que su padre esperaba.
Sus ojos parecieron volverse más intensos, y dejó el cuerpo de Finn en el suelo, junto a Jake, quien vio cómo se paraba con los puños y dientes apretados. Ya no lloraba más.
Si algo he aprendido de ella es que, lo único bueno que te puede dejar la muerte de alguien, es que te hace más fuerte, y esa fortaleza fue suficiente para Marcy.
Su padre soltó el hacha, dándose cuenta de todo el daño que le había hecho a su hija, del olor de la sangre de Finn y de su mirada de muerte.
-Marceline, yo…lo siento tanto…-comenzó a disculparse su padre. Pero aunque hiciera lo que hiciera no le podía devolver a Finn.
-Quería que me convirtiera en Reina…- murmuró Marceline- Bueno, ¡ESO HARÉ!-
Marceline chocó sus palmas y abrió de ella un portal directo a la nada, o como a nosotros nos gusta llamarlo: La Nocheosfera.
Ningún vampiro había logrado antes abrir la Nocheosfera y mandar a alguien con su propia mano, o era con el hacha, o era como ya hemos dicho.
Su furia, tristeza y la frustración por haber perdido a la persona que intentó proteger, pero que perdió por protegerla a ella, hicieron que se creara en ella un poder increíble que le hizo abrir ese portal.
Su padre fue arrastrado por el portal, igual que los vampiros que lucharon en contra de los humanos.
El polvo se levantaba y por un momento pensé que ese agujero negro se llevaría todo Ooo. Me aferré a Fionna y Cake, protegiéndolas, mientras yo veía como todo eso se tragaba lo que el corazón de Marceline dictaba.
Después de unos segundos, el padre de Marceline fue el último en tragarse el agujero, y gritó desesperado antes de irse:
-¡Te lo compensaré!...-luego fue tragado por la Nocheosfera y el portal se cerró.
Por extraño que pareciera, la fuerza de ese agujero no se llevó nada más que a los vampiros malos y a su padre. Solo dejó ahí en el suelo, delante de Marceline, el hacha familiar.
Ella se agachó y la tomó, observando que aún tenía la sangre de Finn, pero tomando entonces el control completo sobre el Reino Vampírico.
La guerra se detuvo un momento para rendirle una reverencia a ella: La Reina de los Vampiros."
-…Claro que después le hizo algunas modificaciones, y convirtió esa hacha tosca en un bonito bajo-hacha rojo cereza- dijo Marshall, tratando de calmar las caras largas que ya tenían esos tres que parecían al borde del colapso.
Finn y Jake estaban boquiabiertos de que así fuese la verdadera historia.
Ahora comprendían más toda la historia, tanto de Ooo como de Marceline, aun no sabían que pasaba o qué relación había entre ellos y los otros Finn y Jake, pero una cosa les quedaba claro: Marceline los quería y los cuidaba mucho por eso.
-Y, ¿Qué tenemos nosotros que ver con los otros Finn y Jake?- preguntó el humano.
-Aun no lo sé- respondió Marshall con franqueza- Lo único que sé es que jamás creí que encontraría unos ojos tan azules como los de Finn…hasta hoy- dijo mirándolo, fijamente.
-Tal vez pueda haber algo en la biblioteca- dijo La Dulce Princesa, poniéndose de pie- Ahora vuelvo, iré a buscar-
-Vale- dijo Jake, viendo como salía la Princesa por el corredor. Vio que varios hombres de dulce miraban desde ahí a Marshall con recelo, pero a este parecía no importarle demasiado. De seguro no estaban acostumbrados a ver un vampiro en esas tierras, y menos actuando tan pacíficamente. Solo tenían desconfianza.
Finn, por otro lado se quedó pensativo.
¿Qué lo había orillado a dar la vida por Marceline? O al menos su otro yo.
No dudaba de que quería Marcy, claro que lo hacía. Era su mejor amiga.
Pero también pensó en todo el daño que le pudo haber hecho sin darse cuenta. Desde que peleó contra ella cuando les arrebató la casa, lo grosero y desconfiado que se portó cuando fue su "lacayo", cuando insistió e insistió para volverse vampiro, cuando…abrió los ojos de golpe. ¡Cuando trajo a su papá de la Nocheosfera!
Se sintió fatal al recordarlo. Era terrible porque él, al que su padre le había arrebatado la vida, había traído de la muerte a su asesino, o sea, su papá. Era todo un embrollo.
De por sí su papá se la trajo contra él desde el principio, y no lo dudaba, pues cuando salió de la Nocheosfera comenzó a chuparle el alma, si no fuera porque Marceline lo detuvo hubiese sido un caos. Lo detuvo… ¿Lo hizo por qué era su amigo? O ¿Por qué no quería verlo morir de nuevo?
"Emocionalmente agotador..." Ahora veía a lo que se refería.
-¿Te inquieta?- le preguntó Marshall, con una sonrisa de medio lado y viendo cómo se estaba casi comiendo las uñas.
-Eh…algo- contestó Finn, tratando de disimularlo. Pero luego le vino otra pregunta a la mente- Oye Marshall, y ¿Tú papá fue arrastrado con el resto de los demás vampiros?-
-Para la fortuna de mi padre, logró huir en ese momento, pero tampoco se libró- respondió Marshall- No…el más tarde apareció…y como había dicho, yo me convertí en vampiro durante la guerra-
-¿De verdad?- preguntó Finn, sorprendido.
-Si-
-¿Cómo te volviste vampiro, Marshall?- preguntó Jake.
El vampiro sonrió burlonamente y sus colmillos sobresalieron de esa sonrisa.

-Esa es otra historia…-



Bueno, siento no haber podido publicar nada durante TODA la semana, pero e estado liada con exámenes y bueno, ya sabéis... 
AVISO: Se necesitan nuevos administradores, yo sola no puedo con todo el blog!! >.<

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