El Diario de la Reina de los Vampiros
Capítulo 7 ¿Inmortalidad o Juventud Eterna? Segunda Parte
Vi como mi padre la tomaba del cuello y luego se dejaba arrastrar por la Nocheosfera…
-¡FIOOOOONNNNAAAAA!- grité con todas mis fuerzas y el dolor que pude…esa fue la última vez que vi los ojos azules de Fionna.
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Marceline corrió en un intento desesperado de salvarla…pero fue muy tarde. La Nocheosfera se tragó lo que se tenía que tragar y se cerró. Marceline cayó de rodillas ante su segunda falla.
El dolor y el ardor de mi cuerpo mo consumió, mis ojos se cerraron y luego quedé completamente inconsciente.
Cuando desperté Jake trataba de animar a Cake con todo lo que podía, Marceline seguía llorando la muerte de otro ser querido, Fionna ya no estaba…y yo ya era un vampiro. Tres días después la bomba estalló, seguida por la lluvia acida."
Marshall terminó de contra la historia con una mirada triste, a Jake y a Finn casi se les salen las lágrimas al escuchar todo aquello.
Ahora veían porque para ambos fue tan frustrante convertirse en vampiros…porque al final no lograron conserva nada y lo perdieron todo, aunque en realidad nuca fue su culpa.
-Lo siento mucho, Marshall…-dijo Finn. Tal vez no debió pedir que les ayudara si resultaba tan difícil para él.
-No importa, amigo- dijo Marshall- Eso ya fue en el pasado, además me alegra saber que Marceline te encontró de nuevo, aunque algo diferente.- Finn sonrió un poco- Aunque la guerra nos quitó mucho, ahora sí que lo hemos compensado después de tantos años…-
-¿Qué pasó después?- preguntó Jake.
-Oh, lo que vino después no fue nada fácil…-respondió Marshall.
"Poco después Marceline y yo nos enfrentamos a algo llamado Evolución.
Después de la guerra y de la catástrofe que provocó la bomba nuclear, los poco humanos que quedaron de la guerra del los Prados Malvavisco y la emboscada en el bunquer fueron asesinados por la intoxicación de los químicos nucleares.
A los vampiros no nos pasó nada, porque como bien sabes, estamos muertos en vida, pero nos tocó ver todo. Aunque algunos se escondieron no pudieron sobrevivir por mucho tiempo, pues las cosechas se envenenaron y el agua se contaminó. Los humanos no duraron después de la terrible lluvia ácida.
Aunque las criaturas sobrevivieron en su mayoría, se fusionaron con otras o incluso con los humanos, provocando nuevas especies que incluso ahora se encuentran aquí.
Marceline y yo tratamos de encontrara manera de sanar a los humanos…incluso de mutarlos, pero no se pudo…solo hubo un caso excepcional…y vaya que fue excepcional. Lo gracioso es que después de eso, Marceline se tuvo que hacer cargo de su propio reino. Pues muchas criaturas de Ooo nos llamaban, a nosotros los vampiros, traidores. Claro que conforme las generaciones avanzaron ya no nos veían más así."
-Cierto- dijo la Dulce Princesa- Ahora los vampiros son muy respetados, de hecho todo el reino de Marceline, no solo por ser una raza temida y poderosa, sino porque tuvieron el valor suficiente como para enfrentarse a los suyos por lo correcto- Bonnibel suspiró- Muchos monarcas, incluida yo, deseamos que nuestros ancestros no hubieran cometido el error de asesinar a los humanos. Por eso respetamos ahora a los vampiros-
-No a todos en tu caso…-dijo Marshall, sonriendo maliciosamente y recordándole las diferencias entre ella y Marceline. La Princesa solo frunció el ceño.
-He traído algo que sirve- dijo la Princesa, señalando el libro que tenía en las manos.
-¿Pues qué esperas?- dijo Jake-¡Léelo!-
La Princesa comenzó a leer en voz alta:
"Durante la Guerra de los Champiñones en Ooo, se desataron varios magos ocultos, quienes apiadándose se la debilidad humana les dieron a algunos un deseo gratis, en su mayoría pidieron cambiar su destino de la muerte, pero los hechiceros poco pudieron hacer, por eso dijeron que los revivirían.
La única manera de devolverle a alguien la vida es por medio de la reencarnación completa, o sea que volvieran a nacer con una vida diferente, pero con la misma alma. Por eso los hechiceros proclamaron un conjuro para quienes dieran su vida por alguien de forma pura y espontanea, se les premiarían con el regalo de la reencarnación."
-Bien, eso lo explica- dijo Marshall, algo sorprendido del resultado.
-¿Qué es espontaneo?- preguntó Finn.
-Que haces las cosas sin pensar- respondió Jake.
-Tú lo hiciste- dijo Marshall- Si en tu vida pasada fuiste el Finn que yo conocí, entonces eres la reencarnación de ese chico, ya que fue un momento de estupidez y desesperación cuando te atravesaste, igual que la reencarnación de…-
-¿De quién?- preguntó Finn, algo curioso, pero Marshall sonrió, negando con la cabeza-
-Olvídalo- dijo el vampiro.
-¡Ese es mi hermano!- dijo Jake, dándole a Finn un golpe amistoso en el hombro- ¡Actuar siempre de forma estúpida y atolondrada a sido lo que te ha salvado!-
-¡Cállate, Jake!- contestó Finn, viendo que más que un alago era una burla por parte del perro, quien rió.
-Oye Marshall ¿Qué paso con Jake y Cake?- preguntó el can.
-Oh, ellos volvieron a su hogar y tuvieron familia- dijo Marshall- Tal vez el Jake que conocí en ese entonces, más que tu vida pasado fue tu antepasado-
-¿Qué?- preguntó Jake, enarcando un ceja, sin comprender.
-Se refiere a que eres pariente directo de el Jake que Marshall conoció- le explicó Bonnibel acariciando un poco su cabeza.
-Oh…ya entiendo- dijo Jake- Entonces no es coincidencia que Finn haya crecido cerca de mi familia-
-Pero yo vine de una calabaza- dijo Finn- No sé quiénes son mis verdaderos padres.-
-Pero viniste de una calabaza- dijo Marshall- Algo raro, porque el Finn que conocí eso cultivaba-
-¿Tiene algo que ver?- preguntó el humano.
-No lo sé- respondió Marshall, encogiéndose de hombros- Pero que Jake sea tu hermano es un enlace tremendo.-
Finn se detuvo a pensarlo.
Bien, toda la historia le había quedado clara. Marceline sufrió, Marshall sufrió, reencarnó por salvar a Marceline de manera impulsiva, por amor…o esa era su más alta posibilidad…lo que le llevaba a otra pregunta ¿Qué había sido de él antes? ¿También fue adoptado? ¿Lo encontraron en una sandía esa vez? ¿De dónde había salido? ¿Por qué fue el último humano que reencarnó?
Aun tenía muchas dudas, debía haber algo más. Sobre su pasado.
Entonces reparó en algo a lo que le había dado muy ´poca importancia, él era el último humano en Ooo. Tal vez era temprano al pensarlo, teniendo trece años, pero… ¿Y cuando tuviera ochenta? Estaría en su lecho de muerte, moriría algún día, entonces su especie desaparecería por completo.
Debía hallar más respuestas, y con ellas una alternativa ´para volverse como Marshall o Marceline, pero no un vampiro.
Debía encontrar la manera de encontrar ser…inmortal.
-Marshall, solo por curiosidad, claro ¿Hay alguna manera de volverte inmortal sin ser vampiro?-Preguntó Finn.
-La hay- respondió Marshall.
-¡No, no la hay!- respondió la Princesa a la defensiva y algo asustada a la vez que Marshall, quien parecía despreocupado. Todos se sorprendieron de su repentina actitud.- Quiero decir…¿Cómo crees, Finn? No hay modo.-
-Depende de lo que quiera- dijo Marshall- Si quieres la Inmortalidad, piénsalo bien. La inmortalidad significa vida eterna, o sea que envejecerás y envejecerás sin poder hacer nada. Incluso te tocará vivir cuando tu cuerpo empiece a descomponerse.-
-Qué horror- dijo Finn, esta vez pensando las cosas dos veces.
-Pero si lo que tú buscas el congelar tu edad de manera permanente, como nos pasó a mí y Marceline cuando nos mordieron, no estás buscando la Inmortalidad…sino la Juventud Eterna.- dijo Marshall.
-¡Oh si! ¡Eso quiero!- respondió Finn, entusiasmado.
-¡Igual que yo!- lo secundó Jake- Si mi hermanito va a vivir por siempre, yo también quiero para estar siempre con él-
-Bien…por suerte sé dónde encontrar lo que quieren.- dijo Marshall- ¿Recuerdan que les dije que tratamos de mutar a algunos humanos para que vivieran y que no funcionó, salvo una excepción?-
-Si-
-Bueno, esa excepción se llama Ámbar y el La Princesa del Reino de la Joya- respondió Marshall. Al instante Bonnibel se tensó.
-¿Reino de la Joya?- repitió Finn, algo sorprendido- Nunca oí hablar de ese reino-
-Lo que pasa es que se encuentra en la costa más lejana de Ooo- respondió Marshall- Pero conozco el camino, yo los puedo llevar. Igual y nos puede ayudar a saber de dónde saliste, además tiene la llamada Perla de la Juventud, dicen que cuando la frotas el número de años que tienes, te dará lo que quieres, que en este caso es la Juventud Eterna-
-¡PUES QUE ESTAMOS ESPERANDO!- exclamó Finn, entusiasmado- ¡ES MOMENTO DE UNA NUEVA AVENTURA!-
-¡SI!- gritó Jake, emocionado también.
-¡Esperen!- dijo la Princesa, todos la miraron con algo de rencor por romperles su entusiasmo. Esta se giró a Marshall con el ceño fruncido- ¿Estás loco? El Reino de La Joya está atravesando todo Ooo ¿Sabes lo peligroso que es el viaje? Además, a Marceline no le gustará esto.-
-Lamento decirte que Marceline y yo tenemos la misma sed de aventura- dijo Finn- Además, ella sacrificó mucho por mí en el pasado, me toca hacer algo por ella-
-¿Quieres hacer algo por ella?- dijo la Princesa, tratando de hacerlo entrar en razón- Quédate aquí y usa el cerebro-
-Vamos, princesa. ¿Olvidas quién ganó la Guerra de los Magos? ¿Olvidas quien ha rescatado a un número incontable de princesas, incluyéndote? ¡Soy todo un hombre! Además nunca he visto el reino de la Joya, se ve que es ¡Algebraico!-
-¡Algebraica va a ser la paliza que Marceline nos va a dar si se entera de esto!- explotó la Princesa- Finn, si la quieres quédate. No le gustará perderte de nuevo.-
Finn se detuvo a pensar que era cierto, pero…Marceline se sacrificó por él muchas veces, eso era demasiado. Sonrió de manera satisfactoria y la miró a los ojos.
-Y es por eso mismo que debo hacerlo- dijo, luego miró a Marshall y le sonrió- Además, voy con Marshall- El vampiro le contestó con una sonrisa e hizo unos cuernos con sus manos sacando la lengua. Luego se giró de nuevo a ella y la miró de manera suplicante- Por favor, no le digas nada a Marcy, no al menos hasta que volvamos-
Bonnibel estuvo a punto de protestar, pero no negaba que Finn era valiente, además, aún quería a Marceline y pensó en lo mucho que sufriría al ver a Finn crecer y luego morir sin poder hacer nada. Después de todo así era el ciclo de la naturaleza. Suspiró resignada.
-De acuerdo-
-Gracias- respondió Finn, aliviado de su promesa. Podían confiar en ella.
-¡Excelente!- soltó Marshall, alegremente, dando un aplauso- Bueno, Pulgoso, Finn, díganme dónde viven para estar ahí. Mañana saldremos anted de que salga el sol directo al Reino de la Joya.-
Jake bostezó sonoramente.
-¿Por qué tenemos que viajar tan temprano, Finn?- se quejó el perro.
-Porque Marshall no puede viajar bien en el día nosotros no podemos viajar bien en la noche, por eso aprovecharemos para avanzar lo más que podamos durante el atardecer y el amanecer. Así no nos afectará tanto a ninguno- explicó Finn, mientras guardaba lo último en su mochila.
Tal y como habían quedado con Marshall, se vieron a la mañana siguiente, pero era tan temprano que aun estaba oscuro en Ooo. Estaban listos para salir, solo esperaban a Marshall fuera de su casa una vez que la cerraron bien.
-Bien-gruñó Jake molesto- Pero solo lo esperaré porque queremos respuestas, y por supuesto, vivir la aventura-
-Así se habla, viejo- dijo Finn, levantándose y colgándose su mochila verde limón.
-Pero déjame decirte que ese tal Marshall no es mucho de fiar para mí- comenzó a replicar de nuevo Jake- Recuerda que es un vampiro-
-¿No será que eres tú el que tiene los problemas con los vampiros?- preguntó Finn, divertido.
-No. Nunca se debe confiar en uno.-
-Por favor, Jake- dijo Finn, rodando los ojos- Es primo de Marceline, es una buena persona después de todo lo que nos contó. Imagínate que es ella, pero en hombre-
-¡No me lo voy a imaginar!- soltó Jake- Además, si a Marceline apenas y le he podido agarrar un poco de confianza ¿Cómo crees que me siento con otro vampiro?-
-Bueno, deberías decirle a Marshall lo de la confianza- dijo Finn., sonriente.
-Bien, lo haré- dijo Jake, cruzándose de brazos.
-¿Si, Jake?- dijo una voz familiar a sus espaldas- ¿¡DE QUE QUERIAS HABLARME!-
Jake volteó y se encontró con Marshall, pero su aspecto cambió para ser uno diabólico. Su cabeza se partió en dos y de ella salieron dos serpientes siameses con los oos rojos, abriendo su hocico y dejando ver los enormes colmillos que tenía.
-¡AAAAAAHHHHHHHH!- gritó aterrorizado Jake, pero Finn solo sonrió, pues había visto como Marshall se acerca detrás de él todo el tiempo.
-Jaja, eres un cobarde- rió Finn.
-¡Sanguijuela! ¡Casi me matas!- dijo Jake a Marshall, quien recuperó su apuesto rostro burlón.
-Jjaja, pero no lo hice- rió también el vampiro. Luego miró a Finn- Te ves bien, como para un largo viaje.-
-Gracias- respondió Finn. Y era cierto. Finn cambió su atuendo habitual por unos jeans, camisa de algodón azul turquesa y encima una chamarra con capucha azul rey, sus zapatos negros los cambió por unos tenis.- Tú también te ves bien-
Marshall iba bien cubierto, llevaba también jeans, sus inseparables Converse, una chamarra con gorro, el cual traía puesto, color gris, y unos lentes oscuros atados a su capucha. Finn supo porque iba tan cubierto, porque el sol era radioactivo para él, igual que para Marceline.
-Gracias- dijo Marshall- El Pulgoso también se ve bien- dijo mirando a Jake, quien lo miró con el ceño fruncido. Su apodo le estaba comenzando a molestar…pero también se veía bien. Solo llevaba una bufanda y unos lentes-googles en la cabeza.- Bueno ¿Listos?-
-¡LISTOS!- dijo Finn- ¿Seguro que no importa que nos acompañes? ¿No habrá problemas en tú casa?-
-No- respondió Marshall- En Aaa ya sabían que me iría por un tiempo de vacaciones, además no soportó a Ash. Al parecer no ha superado a Marceline- rió Marshall, entonces Jake y Finn rieron también.
-De acuerdo, Beemo cuidara de nuestra casa- dijo Jake.
-Es bueno saberlo-dijo Marshall- Pues sin más que decir…vamos- dijo, y comenzó a flotar, Finn le siguió el paso.- Que bueno que traes una mochila contigo- le dijo a Finn, señalando su mochila.
-Si, trajimos todo los quedemos necesitar: Agua y alimento para varios días, incluso te traje un recipiente lleno de fresas y cerezas, pensé que sería bueno ya que Marceline come mucho eso, no sé si a ti te guste-
-Sí, es perfecto- dijo Marshall, agradeciéndole.
-También traje algunas medicinas y mi espada, unas mudas de ropa y un sombrero para…-
¡ZAZ! Finn no pudo seguir, pues algo se echó encima de él, derivándolo varios metros de donde estaba con Marshall y comenzó a atacarlo.
-¡Finn!- gritó Jake.
Finn cayó de espaldas al suelo y se le cayó la mochila de la espalda, pero logró tomar su espada. Algo estaba encima de él, sin embargo no podía reconocerlo porque la luz de la luna que pronto se extinguiría no le ayudaba. Solo veía una sombra encima de su cuerpo, la sombra más agresiva que había visto, pues le estaba golpeando. Como pudo, la pateó y esta retrocedió con un quejido agudo, permitiendo que Finn se reincorporara y tomara su espada con más firmeza, pero la sombra de nuevo se arrojó hacia él. Iniciando una pelea.
-¡Tranquilo, Finn! ¡Ya te ayudo, hermano!- gritó Jake, corriendo hacia ellos, él tampoco podía vislumbrar bien la silueta. Entonces algo le ató los pies y cayó de bruces al suelo, luego de eso algo se enrolló en su cuello y sus ojos, inmovilizándolo por completo.- ¡Finn!-
-¡Jake!- gritó Finn, al darse cuenta que una nueva sombra había atapado a su hermano, pero se distrajo, y la sombra con la que luchaba lo empujó tan fuerte que se le salió el gorrito blanco, dejando ver su bonito cabello rubio dorado…pero esto lo hizo enfurecer.
-¡NADIE ME QUITA EL GORRO SIN MI PERMISO!- gritó, y se fue como un toro, embistiendo a la otra sombra, quien lo recibió en una nueva pelea cuerpo con cuerpo. No fue fácil para Finn, pues parecía que esa sombra hacía sus propios movimientos, incluso repitió simultáneamente algunos que él hacía…era como si luchara…con una parte de él.
Entre su desesperación por ayudar a Jake y quitarse esa sombra de encima, jaló algo de ella que terminó por quitarle. La sombra retrocedió un poco y Finn también,. Pero vio que fue lo que le había quitado, se sorprendió al ver que era: Era una gorrita como la suya, blanca y con orejas de conejito solo que más circular.
-Se parece a la mía…-murmuró, pero luego la sombra lo embistió de nuevo, dejándole claro que a este extraño tampoco le agradó que se la quitara. Finn reaccionó rápido esta vez y empujó al extraño, este salió disparado algunos metros y cayó de espaldas. Finn se reincorporó con rapidez y se acercó de manera amenazante a ella y le apuntó con su espada.
-Bien extraño, responde ¿Quién eres?- le preguntó.
-No soy un "extraño", soy una "extraña", al menos para ti- respondió la sombra su voz era algo más aguda que la de Finn, no la reconoció, pero Marshall sí que lo hizo. Antes de que Finn la lastimara, voló a él y tomó suavemente su muñeca, de manera que alejó la espada del cuello de la "extraña".
-¡Espera, Finn!- pidió Marshall- Creo que la conozco-
Marshall permitió que "la extraña" se pusiera de pie entonces a los dos casi se les salen los ojos…
Ahí, frente a ellos. Se hallaba una chica rubia, caderona pero con una delgada cintura, bonito cuerpo en realidad. Su cabello era rubio dorado, como el de Finn, pero era algo ondulado y le llegada a la cintura, su piel era blanca e incluso ahí con la poca luz que había, sus ojos brillaban eran azul celeste.
Finn no la miraba boquiabierto porque fuera hermosa o se pareciera a él en chica, sino porque era humana. Completamente humana.
Pero Marshall supo quien era al instante.
-¿Fionna?- preguntó sorprendido- ¿Qué haces aquí?-
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