El Diario de la Reina de los Vampiros 8
Capítulo 8: Un ser parecido a mí.
Ahí, frente a ellos. Se hallaba una chica rubia, caderona pero con una delgada cintura, bonito cuerpo en realidad. Su cabello era rubio dorado, como el de Finn, pero era algo ondulado y le llegada a la cintura, su piel era blanca e incluso ahí con la poca luz que había, sus ojos brillaban eran azul celeste.
Finn no la miraba boquiabierto porque fuera hermosa o se pareciera a él en chica, sino porque era humana. Completamente humana.
Pero Marshall supo quien era al instante.
-¿Fionna?- preguntó sorprendido- ¿Qué haces aquí?-
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Marceline se encontraba aseando su casa con su estéreo a todo volumen. Era poco típico de ella ya que prefería dejar las cosas así como estaban y mejor componer, pero incluso sus desastres podían llegar a aburrirla, por ello optó por limpiar su hogar al ritmo del puro rock.
-So what I'm still a rock star, I got my rock moves. And I don't need you. And guess what, I'm having more fun, and now that were done. I'm gonna show you tonight, I'm alright, I'm just fine. And you're a tool so…So what, I am a rock star. I got my rock moves. And I don't want you tonight…- cantaba al ritmo de la música, mientras quitaba unas telarañas del techo.
Flotó hasta su sofá, sacudiendo el polvo que pudiera haber en él con el plumero. Luego acomodó unos cuantos libros apilados y de nuevo voló hasta el librero, donde puso los libros en su lugar y sacudió entre ellos…entonces reparó en un hueco.
Algo confundida se acercó a ver qué era lo que pasaba…si no mal recordaba ahí faltaba algo. Abrió los ojos de golpe al ver que lo que faltaba en realidad…era su diario.
-¿Y mi diario?...- murmuró para sí misma y comenzó a buscar entre el librero. Pero no había nada. Estaba algo desesperada por encontrarlo, tal vez no lo había visto en años, pero era un recordatorio de lo más importante de su vida. Lo extraño era que no faltaban más libros, solo faltaba ese.
Comenzó a olfatear, a ver si captaba alguna esencia…y en efecto lo hizo. Un olor a lavanda y café y a perro mojado. Luego se dio cuenta de otra cosa, había ahí en el suelo, cerca del librero un papel. Voló hasta él y lo miró. Era una foto que había metido entre las hojas del diario, junto a una fotografía donde ella salí siendo humana. Esa sin embargo era de su familia: En ella le veía de trece años, su madre y su padre estaban rodeándola, felices. No fue la nostalgia la que la hizo ampliar los ojos…fue porque se temió lo peor.
Flotó de nuevo hacia el hueco en el librero vio que tenía razón. Más que asustada se sintió molesta, porque una de las cosas que más le molestaban eran esas: Que se metieran con las cosas que más apreciaba.
Ese olor a lavanda y café y a perro húmedo solo podía ser de dos personas, además eran los únicos sospechosos. Frunció el ceño, dándose cuenta de que no se equivocaba y de que sabía quiénes habían tomado el diario.
-Finn, Jake…- gruñó.
-¿Y bien? ¿Fionna?- volvió a preguntar Marshall, algo enojado esta vez.
Finn miraba boquiabierto a la muchacha, la cual se veía apenada por haber sido descubierta.
Era la primera vez que veía algo igual, o más bien a alguien igual que no fuera él. Además tenían un parentesco extraordinario. Rubia, ojos azules…y peleaba tan bien como él. Marshall le llamó "Fionna". ¿Era ella? ¿Era ella la razón por la que Marshall se transformó en lo que era? ¿Era ella la que se mencionó en el diario? Si estaba viva, igual que él, tal vez se debía a que también dio su vida de manera "espontánea" y por ellos obtuvo la reencarnación. No le veía otra lógica.
-Fionna, respóndeme- exigió Marshall.
-Porque no quiero perder a mi mejor amigo- respondió la muchacha, desviando la mirada.
Marshall amplió un poco los ojos y se ruborizó un poco, pero al igual que ella, desvió la mirada. Era como si a ambos les doliera, y Finn supo interpretar ese gesto. También supo que, al igual que él y Marceline, eran amigos y ya.
-Ya no tengo nada que decir, Fionna.- dijo Marshall- Los dos dijimos cosas estúpidas, así que ya no importa-
-¿¡Que ya no importa!?- soltó Fionna, molesta. Finn se sorprendió ante su reacción- ¡Si a mí no me importara no estaría yo aquí!-
-¡Perdóname, pero yo no te obligué a venir hasta Ooo!, ¿verdad?- soltó Marshall de repente, sobresaltando a Finn, quien parecía estar en medio de la discusión.
-No fue necesario que lo hicieras- dijo Fionna- Yo habría venido de todas maneras solo para disculparme, y además…-
-Mira, Fionna…- suspiró el vampiro, cerrando los ojos con fuerza-…ya déjalo por la paz. Si quieres que este más tranquilo dar la vuelta y vuelve a Aaa-
De repente la mirada de la chica se posó sobre Finn, quien se estremeció un poco.
-¿Y me vas a cambiar por este enano?- preguntó, barriéndolo con la mirada. Era cierto, ella era más alta que Finn, pero no estaba ahí para que se quedaran a insultarlo, por lo que frunció el ceño, además, ella lo atacó primero desde un principio.
-No soy "este enano"- dijo, enfurruñado- Mi nombre es Finn, y estoy comenzado a hartarme de tu actitud, FI-O-NNA.- dijo, haciendo énfasis en el nombre de la chica, luego miró a Marshall, dejándole claro que le debía una explicación.
-¿Cómo me conoces?- preguntó la chica. Finn rodó los ojos.
-Él dijo tu nombre- respondió el humano, aunque también ya la conocía desde que leyó su nombre en el diario. Incluso parecía que él sabía más de su vida pasada que ella misma.- Cielos, captas lento para ser una chica-
-¡Te voy a!…- gruño la chica, y con el puño en la mano se iba a ir contra Finn de nuevo, pero Marshall la detuvo.
-¡Hey!- soltó el vampiro, alejándola de Finn, quien también ya estaba puesto para la batalla.- ¡Basta! ¡Cálmense los dos!-
-¡Tienes suerte que tenga un poco de moral heroica!- le reclamó Finn. Ella trató de zafarse del agarre de Marshall de nuevo.
-¡Yo te mostraré mi moral heroica!- soltó, furiosa. Marshall dio un tirón de ella y la miró a los ojos.
-¡Ya basta, Fionna!- reclamó- ¿No te es suficiente venir aquí y atacarlo? ¡Tiene razón en enojarse!-
Fionna se detuvo y se cruzó de brazos, mirándolo con desaprobación.
-No me equivocaba, nos cambiaste- reprochó. Marshall la miró sin entender, pero la verdad eso lo hizo enfurecer, de repente sus ojos se volvieron más rojos y a Finn le dio más miedo.
-¿¡Y TU QUÉ!- gritó de repente- ¿¡QUE ME PUEDES DECIR DE TI Y GUMBOLL!?¿¡ACASO NO ME HAS CAMBIADO POR ESE TIPO CARA DE NIÑA!?-
¡Zaz!
En todo el tiempo que llevaban ahí, Finn no vio a Marshall así. Conoció al amable y al risueño vampiro, pero no encontró a uno enojado ni esperaba hacerlo. Se veía que esos dos ya traían problemas desde casa, y algo le decía que Marshall había mentido. No estaba en Ooo de "vacaciones".
-¿¡QUE TIENE QUE VER GUMBOLL EN TODO ESTO!- gritó ahora Fionna, sin dar pierde- ¿¡POR QUÉ TE MOLESTA TANTO QUE ESTE CON ÉL!?-
-¿¡POR QUÉ NO VAS Y SE LO PREGUNTAS!?- gritó Marshall.
-¿¡POR QUE NO MEJOR LO HACES TÚ!?- dijo Fionna, picándole el pecho con el dedo índice, la discusión los había puesto uno muy cerca del rostro del otro. Marshall bufó sonoramente.
-¡NO TENGO QUE DECIRLE NADA A ÉL!-
-¡ENTONCES DIME QUÉ TE PASA!-
-¿¡ES QUE TENGO QUE EXPLICARTELO CON MANZANAS!?-
-¡SOLO DIME POR QUE TE MOLESTA TANTO!-
Marshall se quedó en silencio unos segundos. Aunque para Fionna aún no había quedado claro, Finn supo conocer su reacción, al fin y al cabo él también la había sentido.
"Se gustan", pensó.
El vampiro se quedó pensativo, pero luego frunció el ceño y se acercó a ella.
-Lo que más me cala es que tú ya lo sabes…-dijo entre dientes. Pero luego se alejó y desvió la mirada- Y si no es así significa que no estoy haciendo bien las cosas.-
Fionna se talló los ojos. No estaba llorando, pero ganas no le faltaban.
-Lo siento, Marshall.- dijo de nuevo, dejándole claro al vampiro que no lo entendía.
Hubo un gran momento de silencio, en donde Finn miraba las caras largas de los dos chicos. ¿Qué habrían pasado como para que Marshall optara por alojarse en Ooo? Además, se veía que las palabras de Fionna le habían afectado mucho al chico, pero les dolía haber tenido esa "discusión" que a él no le tocó ver.
-¡HMPF!...- un quejido lo sacó de sus hipótesis, y volteó para ver que Jake seguía prisionera de esa sombra, rápidamente se giró a Fionna.
-¿Podrías al menos decirle a "tu cosa esa" que suelte a mi hermano?- pidió, enojado. Fionna lo miró primero y luego frunció el ceño hacia la sombra.
-¡Cake!- le llamó por su nombre para que soltara al perro.
Jake al instante sintió como "esa cosa" lo soltaba, y como sus músculos se iban aflojando poco a poco. Una vez libre tomó una gran bocanada de aire.
-¿Estás bien, Jake?- preguntó Finn, preocupado.
-Sí, viejo- respondió Jake, jadeando. Luego miró a lo que había parecido ser una boa constrictora, furioso- ¿¡CUAL ES TU PROBLEMA!?-
Con la poca luz que había, a lo que Fionna le había llamado Cake, se dejó ver: era una gata. Una gata algo gorda en comparación con Jake, pero con ojos tan grandes como los de él. Era blanca, con una cola esponjosa y suave y manchas color miel. La naturaleza de Jake hizo que se le salieran los ladridos, seguidos por quejas y reclamos, la gata sin en cambio le sacó las garras.
-¡GATA LOCA! ¡PUDISTE MATARME!- reclamó Jake.
-Eso quería- respondió Cake- ¿Apoco creíste que iba a dejarte herir a mi hermana?-
-¿Disculpa?- preguntó el perro molesto- Pero tu agresiva hermana se fue en contra de mi muchacho ¡USTEDES NOS ATACARON PRIMERO!-
-¡FUERON USTEDES QUIENES NOS QUITARON A MARSHALL!-
-¡NOSOTROS NO LES QUITAMOS NADA!- soltó Jake- ¡Y SI NO TE PARECE, VEN AQUÍ PARA QUE PUEDA MORDERTE EL CUELLO Y ARRANCARTE LA COLA!-
-¡ENTRALE, PULGOSO!- dijo Cake, sacando más su garras.- ¡NO HAY PROBLEMA CONMIGO!-
-¡NI CONMIGO! ¡DE POR SÍ YA LE TRAÍA GANAS A UN GATO!-
-¡Hey! ¡Tiempo fuera!- Dijo Marshall, interponiéndose entre ambas mascotas antes de que se desollaran vivos. A decir verdad no entendía muy bien por qué Fionna y Cake estaban tan agresivas. Ellas no eran así.- No vamos a arreglar nada peleando, sobre todo porque estos chicos no tuvieron la culpa de nada- explicó, mirando a Fionna, quien se cruzó de brazos molesta.
-Entonces ¿Vas a volver o qué?- preguntó, viendo que se iban cada vez más por las ramas.
-No, Fionna. No voy a volver, no por ahora- respondió el vampiro, firmemente.
-¿Por qué no?- preguntó Fionna a la defensiva- Ya vine aquí y me disculpé ¿Qué más quieres Marshall?-
-Lo que quiero es que regrese a Aaa con Cake, volveré pronto, de verdad, solo dame más tiempo- pidió Marshall.
-¿Cómo me pides eso mientras tu estas con estos dos feliz de la vida y yo estoy retorciéndome de la culpa?- preguntó Fionna, más enojada y mirando a Finn, quien se puso rojo de ira.
-Ten cuidado, muchachita…-dijo el humano, entre dientes.
-¿Y qué me vas a hacer?- preguntó Fionna, con burla- Con tu estatura solo podrías llegar a arañarme los tobillos.-
Adiós paciencia. Finn gruñó y se fue directo contra ella, pero Marshall lo detuvo antes, sin embargo Finn no se rindió. Daba patadas e intentaba liberarse para atacarla. No era muy cortés pelear con una chica, a decir verdad nunca peleaba con una, pero esa sí que le había hecho ´poner los pelos de punta.
-¡No creas que porque creo que eres linda voy a dejar que hagas esto!- soltó, tratando de arañarla, lo que era absurdamente improbable ya que estaba a casi un metro de ella. Marshall había logrado detenerlo a tiempo.
-¡Ya! ¡Tranquilo, Finn!- dijo Marshall, poniendo orden de nuevo. Finn comenzó a jadear de sus esfuerzos y Fionna solo miró algo sorprendida de lo agresivo que se puso. Po unos instantes todo se quedó en silencio. Parecía una pelea de dobles donde el vampiro arbitraba…en realidad no. Él también formaba parte del partido.- De acuerdo- suspiró Marshall- No podemos perder la cabeza ahora.- se giró rápidamente hacia Finn- Tu, Jake y yo nos vamos a donde habíamos quedado- luego se giró a Fionna y Cake- Y ustedes dos ¡A su casa!-
-De acuerdo- dijo Fionna, fingiendo que no le importaba- Pero al menos dime a dónde vas, viejo-
-Eso, Fionna, no es de tu incumbencia- reprochó el vampiro, levantando su gorrita y entregándosela. Fionna lo miró enojada y se la arrebató, recogiéndose el pelo y poniéndosela de nuevo, con su mechón dorado coqueto.
-¿Por qué no me quieres decir?- preguntó la chica.
-Porque si lograste rastrearme sin que me diera cuenta desde Aaa hasta Ooo, no quiero ni imaginarme que harás cuando te lo diga- dijo Marshall, dándole el gorro a Finn, junto con su mochila.
-Entonces, dime- insistió Fionna de nuevo. Marshall la miró a los ojos y ella suspiro sin rendirse, luego se rascó la nuca- Mira…dime a dónde vas y voy contigo, así podrás "protegerme", y evitas la angustia de que vaya detrás de ti sin custodia alguna, salvo Cake.-
-No lo haré- respondió Marshall- Jamás te pediría que hicieras algo así. Lo que estamos a punto de hacer es lo más arriesgado del mundo.-
Finn lo miró con recelo.
¡Eso era jugar sucio por parte de ambos! Fionna le ponía una condición que al final significaba que saldría ganando ella de ambos sentido. Fuera con ellos o no, seguiría a Marshall, así que de todas maneras estaría en peligro. Y Marshall en ese momento actuaba igual que La Dulce Princesa: preocupado y limitante, no como hace unas horas, pues a ellos los animaba para que fueran para no volver tal vez, mientras que a Fionna y Cake les pedía que se quedaran a salvo en su hogar. ¡Claro! ¡Y que ellos se partan el culo buscando una perla mágica!
-No me importa- dijo Fionna, valientemente- No te dejaré de seguir hasta que me perdones-
-Y si te perdono ahora ¿Volverás a casa?- preguntó el vampiro, enarcando una ceja.
-No.-respondió Fionna, y luego pareció apenarse de lo que iba a decir- Aun así te seguiría-
-¿Por qué?- preguntó Marshall, algo frustrado de su terquedad. Fionna se ruborizó lo suficiente como para que Finn lo notara.
-Porque sigues siendo mi mejor amigo-
Ahora fue Marshall él que se ruborizó, y desvió la mirada inmediatamente.
Si no estuviera envuelto en ese caos, a Finn le hubiese dado incluso ternura por parte de ambos. Le recordaban tanto a esas películas en que ningún amante sería capaz de dejar al otro, incluso si sus sentimientos estaba aclarados o no. No fue difícil definir si entre ella y Marshall había algo: ¡Por supuesto que no lo había! Ni siquiera Fionna lo entendía del todo, además habían mencionado a un tal Gumboll ¿Quién era ese?
Luego se preocupó si no pasaba lo mismo con Marceline. Hasta ese momento no había peleado jamás, salvo una pequeña pelea cuando le "chupó", de broma, a Jake la sangre. De ahí en fuera no se molestaban siquiera. Ni cuando mandó a su padre de nuevo a la Nocheosfera, ni cuando rompieron su promesa y fueron a las casa de sus amigos los fantasmas…ni cuando entraron a su casa sin permiso…eso le recordaba: ¿El robó del diario podría ser su primera pelea?
En cualquier caso, tal vez a él si le atraía Marceline. Le gustaba en muchos aspectos: era divertida, bromista, temeraria (algo que tenía en común con él), bonita, sexy…con una sonrisa sin igual. La pasaba bien con ella, y Jake también la quería mucho…pero ¿Y él? ¿Se podía compara aquello con lo que sintió por la Dulce Princesa? ¿Podía ponerse tan…acalorado como sucedió con su amor no correspondido con La Princesa del Reino del Fuego?
Con Bonnibel, si indiferencia era tan fría que lo helaba, y el amor que le daba la Princesa de Fuego era agradable, pero le quemaba literalmente. Con Marceline estaba ese punto neutro. No necesitaba ser perfecto para ella, solo era él, Finn, el humano valiente y heroico que siempre era. Probablemente entendía un poco porque Fionna se resignaba a quedarse u olvidarlo; porque aunque estuvieran peleados o no le entendiera lo que sentía por ella…habían hecho un vínculo tan fuerte que los había llevado a decirse "mejor amigo". Igual que él y Marceline, "su mejor amiga".
-Bueno, como sea. Después de todo no queríamos ir al Reino del Hielo- dijo Fionna, mirando a Jake y tendiéndole una trampa.
-No, al Reino de la Joya- repuso Jake, inconscientemente.
-¡JAKE!- reprocharon Marshall y Finn al mismo tiempo. Marshall porque desde un principio sabía que, aunque Fionna les perdiera el rastro si iba tras ellos, al final se rendiría por no dar con el lugar. Pero con el nombre tenía todo para seguirles la huella. Y a Finn francamente no le daba gracia ir con una chica y una gata…mucho menos las que los atacaron a él y su hermano.
Fionna sonrió de manera victoriosa al ver que el perro cayó el su red, y Cake se burló sonoramente.
-¡Ja, ja! Perro tonto- rio. Jake la miró, enojado.
-Gata loca ¡YA ME HARTASTE!- tras soltar con rabia eso, se lanzó contra Cake, iniciando así una pelea de mordidas y rasguños. Se oían lo ladridos y maullidos salvajes por toda la pradera, hasta que Finn tomó a Jake y Fionna tomó a Cake, sin embargo no dejaron de apoyar a sus respectivos hermanos.
-¿¡PODRÍAS DECIRLE A TU ESTUPIDA GATA QUE DEJE EN PAZ A JAKE!?- dijo Finn, al borde de los nervios.
-¿¡Y TÚ A TU ASQUEROSO PERRO QUE SEA MÁS LISTO!?- respondió Fionna a la defensiva.
Era extraño que en ningún momento hayan entablado una plática más formal. Ni siquiera se había presentado correctamente y ya estaba peleando. Finn pensó que sería más relajante la situación cuando encontrara a alguien como él…pero solo le estaba quebrando la cabeza.
-¡De acuerdo! ¡Ya es suficiente!- dijo Marshall, calmando de nuevo la situación. Ambos humanos dejaron a sus hermanos en el suelo y se miraron desafiantes.
-¿Entonces qué, Marshall?- dijo Fionna, de una vez por todas- ¿O me voy contigo o detrás de ti? Tú eliges
Marshall suspiró resignado. Estaba claro que no tenía opción, y prefería protegerla a perderla de nuevo…además Fionna era igual que Finn. Una aventurera. En cierto modo el viaje no sería tan pesado…o no tanto si no comenzaba una rivalidad entre ambos humanos.
Tal vez la razón por la que no se llevaron bien desde el principio fue que Fionna atacó a Finn porque según él las había cambiado por ellos, y Finn estaba "emocionalmente agotado" con toda la información que había recibido de golpe y la repentina aparición de alguien como él. Tampoco ayudaba mucho sus personalidades, pues amabas chocaban.
-De acuerdo, Fionna- dijo Marshall, rendido- Puedes venir con nosotros al Reino de la Joya-
-¡ESO!- soltaron Cake y Fionna, felices, pero Finn y Jake miraron boquiabiertos a Marshall. No pensaron que la dejaría ir así como así.
-¿QUÉ?- soltaron los otros dos.
-No te preocupes, humanito- dijo Fionna, con socarronería- A mí tampoco me va a hacer gracia estarte aguantando ni a ti ni a tu perro pulgoso-
-Mi nombre es Jake, niña poco femenina y agresiva- respondió el perro en forma molesta.
-¡Marshall! ¿¡EN QUE ESTABAS PENSANDO!?- preguntó Finn al vampiro, molesto- ¡Se supone que íbamos a ir tú, Jake y yo! ¡Nada de niñas!-
-Lo sé, Finn, lo siento. Pero créeme, será mejor así- dijo Marshall.
-¡Por supuesto que no!- reclamó Finn- Lo que va a pasar es que terminaré matando a la última que se parece a mí-
-No te preocupes ¡Yo lo haré primero!- gruñó Fionna. Pronto Cake y Jake se miraban desafiantes y Finn y Fionna igual.
-Escuchen- dijo Marshall, interponiéndose antes de que se mataran con las miradas- Sé que esto será nuevo para todos, y que será difícil aceptar al otro, pero por nuestro propio bien deberemos ser tolerantes. Al menos hasta que lleguemos al Reino de la Joya y encontremos a Ámbar, mientras tanto intentemos apoyarnos y llevarnos bien ¿vale?-
-De acuerdo- dijo Finn, viendo que no tenía otra opción- Mientras no se metan conmigo ni con Jake-
-Opino igual- dijo Fionna- Si voy a estar aguantando al enano y al pulgoso, lo menos que pueden hacer es no meterse conmigo y Cake.-
-Eso ya lo veremos…- dijo Finn entre dientes, lanzándole una nueva mirada furibunda a Fionna, quien le respondió igual. Marshall soltó un suspiro al cielo. Iba a ser un viaje muy, muy, muy laaaaaargo.
-Bien- dijo Fionna, apartando la vista una vez que se había cansado- Llevo todo lo necesario para un viaje en mi mochila, así que no habrá problema, y tenemos a Cake.-
-Igual yo- dijo Finn, poniéndose su gorrito de nuevo y cargándose la mochila en sus espaldas de nuevo.- Y tenemos a Jake-
El gato y el perro les guiñaron un ojo, dejándoles claro que podían contar con ellos.
-Y…en cuanto a nosotros…- comenzó Fionna y miró a Marshall, quien se sonrojó por ese "nosotros".
-Olvídalo- dijo él- Aun no te he perdonado y eso ya no es lo más importante. Ahora estamos por comenzar un viaje.-
-De acuerdo- dijo Fionna, acomodándose mejor la mochila- Pero seguiré insistiendo, tal vez así me perdones de una vez.-
-Tal vez…- repitió Marshall y se puso la capucha, indiferente- Vamos, el sol está a punto de salir-
Y era cierto. En el horizonte se veían los primeros rayos del sol. Habían perdido tiempo discutiendo y ahora Marshall tendría que ser precavido al no exponerse a los rayos solares.
Fionna se montó a Cake y Finn a Jake, Marshall comenzó a flotar y continuaron con su caminata, esta vez sí al Reino de la Joya.
-¿Para qué vamos al Reino de la Joya?- preguntó Fionna, curiosa a Marshall. Sabía que seguía enojado, pero aun así ambos se seguían queriendo y se cuidarían, pasara lo que pasara.
-Te lo explicaré todo en el camino- comenzó Marshall- Es una larga historia-
Finn supo que Marshall solo se limitaría a contarle los de la descendencia de los humanos, la Guerra de los Champiñones, la hipótesis sobre la reencarnación y otras cosas de interés medio para Fionna, pero no de su verdadero interés. Marshall omitiría las partes de su vida pasada y de lo que se mencionó en el diario de Marceline, incluso que fue por ella porque lo mordieron, y Finn se quedaría callado- Puede que esa chica fuera una pesada, pero que le cayera esa información como balde de agua fría a Finn no le gustaba…y además no era el indicado para decírselo. Tarde o temprano ella se daría cuenta, pues era lista. Pero eso ya sería tal vez en el trascurso del viaje, mientras también buscaría información, comenzando la razón de la pelea y el enojo de esos dos enamorados y sus "sentimientos no definidos" hacia Marceline…así como su propio pasado.
Se volteó son soltar a Jake y divisó su casa del árbol, y como esta desaparecía más y más conforme avanzaban.
Pasará lo que pasara, para bien o para mal, él y Jake regresarían diferentes, sabrían quiénes eran realmente…eso era una promesa.
Le hubiese gustado despedirse de Marceline, pero si lo hacía solo lo hubiese detenido y se habría enojado con él. Sonrió con esperanzas. Eso le daba más razones para volver.
Mientras se alejaban más de las praderas y mientras Marshall comenzaba a relatarle a Fionna la historia, omitiendo partes, en su cabeza solo pensaba:
</p>"Volveré pronto, Marceline. Lo prometo".
Hasta aquí!!
Recordar que este fanfiction no es mio sino de DN164